En el buzón de mis melancolías, buscaban mis ojos el silencio de los tuyos, en un roce de reflejo de tu voz callada en la garganta... abierto el ángulo de todos mis recuerdos; cuando caminé por la arena de tus playas, cuando nada dolía... y el verso que nacía de tus manos era fragancia mística de sueños.
Noches donde robaba un tiempo de tu tiempo, para dibujar en tu cielo mis gaviotas con alas y juegos, mis ríos con sabor a secretos. Jugábamos a ser aves desplegando alas en señal de abrigo a nuestras horas repletas de nostalgia, enredaderas de besos entregamos en caricias de tus lágrimas, cual perlas tapizadas de encanto.
Tus ojos... luz en calma a mi mirada, enrejadas sombras en mis noches durmiéndose la luna en el cuerpo de nuestro silencio. Y te perdías... como se pierde una estrella en el firmamento del recuerdo, te perdías, como el mar se esconde en lo infinito... y ya no hay barcas de tus besos anclados en mi puerto... y ya no hay desvelos de poemas tatuados en mis manos. Estas manos que sellaban a las tuyas y en aquietados juramentos navegaban en el mar... ¡De todos nuestros versos!.
Y te perdías... como las olas abandonan el camino de la arena extraviado entre letras, ésas donde encontré por vez primera nitidez de las auroras extasiando la ausencia. Para que el olvido no duela, para que si un día al regresar... si existiese tiempo y espacio en nuestro libro de añoranzas.
Publiques, en odas de almanaques despiertos en el santuario de versos olvidados.Todo el amor que por amor, fui y volví a ser aún sabiendo... que jamás existí en tu pensamiento.
Publiques, en odas de almanaques despiertos en el santuario de versos olvidados.Todo el amor que por amor, fui y volví a ser aún sabiendo... que jamás existí en tu pensamiento.
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